Fuente: www.expansion.com
La industria farmacéutica se posiciona como un actor protagonista para la necesaria evolución de la economía española hacia un modelo productivo apoyado en la innovación y la investigación.
Durante su etapa como presidente en funciones, Pedro Sánchez destacó que el objetivo del Gobierno sería “afianzar el crecimiento económico sobre bases mucho más productivas, como la ciencia, la innovación, la investigación y el empleo de calidad”. En este cambio de modelo al que aspira España, el sector farmacéutico se postula como un actor protagonista. Así lo expusieron los máximos responsables nacionales de algunas de las principales farmacéuticas presentes en el país, durante el encuentro Realidad y retos de la industria farmacéutica en España, que organizó EXPANSIÓN con el patrocinio de Farmaindustria.
Los representantes coincidieron en su lista de peticiones al Ejecutivo. “Al Gobierno sólo le pediría diálogo y colaboración: el sector farmacéutico es un foco de valor e innovación en España, y es importante que elaboremos una hoja de ruta conjunta para avanzar como país”, aseguró Roberto Úrbez, director general de Bristol-Myers Squibb (BMS) en España y Portugal. Aunque señaló la necesidad de este consenso, añadió que “estamos en un momento idóneo para que España siga a la cabeza mundial en investigación y ensayos clínicos”.
“No debemos olvidar hasta dónde nos ha traído la innovación, haciendo posible que mejore la calidad de vida”
JUAN CARLOS AGUILERA – DIRECTOR GENERAL DE FERRING EN ESPAÑA
“Mantener inversión en España genera retos a las firmas internacionales, por la competencia interna entre los países”
C. HENRÍQUEZ DE LUNA – PRESIDENTA Y CONSEJERA DELEGADA DE GSK ESPAÑA
En la misma línea, “junto con el diálogo para conseguir el marco regulatorio más estable posible y unas reglas del juego claras, pedimos políticas que ayuden a dinamizar este sector empresarial, que genera innovación y empleo de calidad”, manifestó Ignasi Biosca, consejero delegado de Reig Jofre. Asimismo, subrayó que este marco regulatorio es clave para “generar una cierta estabilidad, algo que necesita la industria pero también el sistema sanitario español”.
Cristina Henríquez de Luna, presidenta y consejera delegada de GSK España, reclamó que “no se debe considerar al sector del medicamento sólo como un gasto, sino como una oportunidad de contribuir a la mejora de los pacientes, la sostenibilidad del sistema, el desarrollo científico y la competitividad de la industria”. En este sentido, recalcó que el sector es líder en inversión en I+D+i en España. En 2017, el gasto en investigación alcanzó los 1.147 millones de euros, más del 20% del total de la industria en el país.
Desde los fármacos contra el VIH hasta la cura para la hepatitis C, la innovación farmacéutica ha contribuido en gran medida a algunos de los avances médicos más destacados de las últimas décadas. Así, Juan Carlos Aguilera, director general de Ferring en España, hizo hincapié en que “no debemos olvidar hasta dónde nos ha traído la innovación, que ha permitido que la calidad de vida de la población mejore de forma significativa”.
Los expertos recalcaron que la colaboración con las administraciones es fundamental para el sector del medicamento. La razón es que se trata de una industria muy regulada, cuyo primer cliente es el sistema sanitario público, de manera que la I+D+i se apoya cada vez más en la colaboración con hospitales, universidades y centros de investigación públicos. En concreto, alrededor de la mitad de la inversión anual de la industria farmacéutica en innovación se destina a proyectos en colaboración con autonomías y hospitales.
En paralelo, las empresas del sector encuentran una fuerte competencia internacional entre sus propias filiales nacionales a la hora de para atraer inversiones en I+D+i. En el caso de Bristol-Myers Squibb, España es el tercer mercado global en número de ensayos clínicos y pacientes incluidos en ensayos de investigación. Entre las fortalezas de España, “el marco legal y regulatorio es muy bueno y agiliza las aprobaciones de los ensayos clínicos; además el sistema hospitalario y público español es de los mejores del mundo”, señaló Roberto Úrbez.
La situación es parecida en el caso de GSK, que sólo dispone de centros de investigación en cinco países; España es uno de ellos. “Mantener los niveles de inversión en España siempre es un reto para una empresa internacional, cuya competencia no sólo son otras compañías sino los demás países y mercados donde la propia firma está presente”, afirmó Cristina Henríquez de Luna.
Teniendo en cuenta que un medicamento puede tardar una década en desarrollarse, la industria farmacéutica maneja plazos de tiempo largos. Por ello, los efectos de las políticas se dejan notar al cabo de varios años. “El crecimiento conjunto del talento local con la industria se puede romper fácilmente si el sector pierde la motivación; tenemos que seguir siendo reconocidos por la innovación que aportamos a los procesos”, comentó Aguilera.
En definitiva, Ignasi Biosca reiteró que “el principal desafío es ese marco regulatorio que permita introducir la innovación y la inversión en España”. Así, concluyó que “se debe considerar al sector como una oportunidad de crecimiento y, por lo tanto, legislar para favorecer un desarrollo acompasado y con sentido”.