Fuente: espaciosanitario.com
Tras la propuesta de revisión de la legislación farmacéutica europea presentada en la víspera por la Comisión Europea, Farmaindustria ha indicado, este jueves, 27 de abril, que ésta “pone en riesgo el futuro de la industria y supone una barrera más para el acceso de los pacientes a los tratamientos innovadores”.
Según pone de manifiesto esta patronal, la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), a la cual pertenece, “había apoyado los objetivos de la Estrategia Farmacéutica de la Unión Europea (UE), que buscaba proporcionar un acceso más rápido y equitativo a los medicamentos, evitar y mitigar la escasez de medicamentos y garantizar que Europa pueda ser líder mundial en innovación médica”.
“Sin embargo, el impacto de las políticas establecidas en esta revisión de la Comisión Europea debilita los incentivos para la inversión en innovación y dificulta, por tanto, el desarrollo de nuevos medicamentos en Europa”, lamenta el director general de Farmaindustria, Juan Yermo, que añade que, “aunque la propuesta contiene varias mejoras en el marco regulatorio e impulsa la investigación de nuevos tratamientos para la lucha contra la resistencia antimicrobiana, contiene una serie de medidas que debilitan el sistema de incentivos que suponen erosionar aún más los fundamentos de la industria innovadora en Europa, en lugar de fortalecerlos”.
En este sentido, Juan Yermo se refiere a una de estas iniciativas, la reducción de ocho a seis años de la la protección de los datos regulatorios (PDR). “Este tipo de limitaciones a la propiedad industrial tienen el efecto de reducir la competitividad de Europa en la inversión en I+D de nuevos medicamentos frente al empuje de otras regiones”, subraya.
“Todo ello en un contexto en el que Europa viene perdiendo peso en la inversión en I+D de nuevos medicamentos”, continúa Yermo, que agrega que “la inversión en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos se está trasladando a Estados Unidos y China, que, en los últimos 20 años, han aumentado su apuesta en este ámbito en detrimento de Europa”.
Así, el director general de Farmaindustria explica que “sólo el 22 por ciento de los nuevos tratamientos se origina en Europa, mientras que el 47 por ciento proviene de Estados Unidos”. “Esta pérdida de competitividad europea respecto a otros mercados que han mostrado un mayor crecimiento tiene una implicación directa para los ciudadanos, ya que se exponen a un menor acceso a medicamentos nuevos o a la posibilidad de participar en ensayos clínicos innovadores”, asegura.
“Otra de las medidas penaliza la innovación cuando el medicamento no se encuentre disponible en todos los mercados de la UE durante los dos primeros años desde que se concede la autorización de comercialización”, prosigue esta patronal, que cree que este enfoque “es erróneo en su fundamento y es un objetivo imposible de alcanzar por parte de las compañías farmacéuticas”.
A juicio de Yermo, “para dar una solución a las diferencias en el acceso, se requiere que todas las partes interesadas identifiquen y aborden conjuntamente la causa o el origen de las barreras en el acceso a través de medidas efectivas a nivel nacional y no recurrir a una intervención legislativa europea que, lejos de poner solución a las demoras e inequidades en el acceso en los mercados nacionales, erosiona los incentivos para atraer las inversiones y garantizar que la innovación se genere en Europa”.
“Aunque la propuesta de legislación farmacéutica se diseñó para mejorar la competitividad europea, las políticas recogidas en las propuestas de legislación, en su versión actual, erosionan los incentivos para la inversión en innovación biofarmacéutica, restringiendo la ciencia, la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos en la UE y ponen, con ello, en peligro la competitividad de Europa”, sostiene, por su parte, el presidente de Efpia, Hubertus von Baumbach.
Además, la directora general de esta patronal comunitaria, Nathalie Moll, declara que, a partir de ahora, la industria farmacéutica europea se compromete a trabajar con los miembros del Parlamento y el Consejo Europeo, así como con otras partes interesadas “para garantizar que la propuesta de revisión de la legislación farmacéutica y de propiedad industrial satisfaga las necesidades de los pacientes, sistemas sanitarios y Estados miembro sin menoscabar el actual ecosistema de innovación en Europa”.
“Si no se introducen cambios en la propuesta de legislación, el legado de la Comisión Europea será una UE que consume la innovación biofarmacéutica investigada y desarrollada en otras regiones y cuyos pacientes acceden con un mayor retraso a los nuevos medicamentos”, manifiesta Nathalie Moll. El primero de estos organismos abrió un plazo de ocho semanas, que vence el miércoles, 21 de junio, para que los agentes concernidos remitan su posicionamiento, “comentarios que compilará, resumirá y remitirá al Parlamento Europeo y al Consejo de la UE para que ambas instituciones los tengan en cuenta”, concluye Farmaindustria.