Fuente: www.eleconomista.es
La investigación clínica, que agrupa las fases más complejas, recibe cerca del 60% del total
En 2019, el sector destinó más de 1.200 millones de euros a investigación y desarrollo en España, cifra que representa un incremento del 5,2% respecto al año anterior. Estos datos muestran el compromiso de la industria farmacéutica con la salud, en un contexto en el que ha quedado demostrado la importancia de invertir en la creación y desarrollo de nuevos medicamentos.
La experiencia de estos meses de lucha contra la pandemia ha puesto de manifiesto el valor del medicamento, de la innovación y de la industria que los hace posibles. El compromiso del sector con la salud se refleja en sus cifras de inversión en I+D en España, que en 2019 marcaron una cifra récord, superando los 1.200 millones de euros.
“Un sector tan comprometido con la innovación es la mejor garantía para el futuro de nuestro país y parte de la solución a la profunda crisis sanitaria, económica y social que afrontamos”, explica Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.
Estas cifras de inversión en investigación y desarrollo de medicamentos en 2019 confirman la tendencia creciente de esta partida en los últimos años. Así, el pasado año cerró con un crecimiento del 5,2% respecto al anterior, según los datos arrojados por la última Encuesta sobre Actividades de I+D que Farmaindustria realiza entre sus asociados.
En España, buena parte del total de la I+D industrial la desarrolla el sector farmacéutico
En España, buena parte del total de la I+D industrial la desarrolla el sector farmacéutico. Además, uno de cada cinco euros que se invierten en nuestro país en investigación procede de esta industria, lo que supone cerca del 8 por ciento de toda la I+D, pública y privada.
“Es evidente que la industria farmacéutica dinamiza las economías de los países, ya que ayuda a tener unos modelos productivos más eficientes y competitivos basados en la innovación, la I+D y el conocimiento. Por ello, en estos momentos, los resultados de nuestra encuesta anual cobran especial relevancia”, añade Arnés.
Este esfuerzo inversor sostenido en el tiempo, junto con la estrecha colaboración con la Administración y los centros sanitarios y de investigación, la implicación de los profesionales de la salud y la creciente participación de los pacientes ha permitido situar a España como uno de los países con mejores condiciones para albergar ensayos clínicos. De este modo, un tercio de todos los ensayos realizados en Europa cuentan ya con participación española y, para algunas compañías multinacionales, España es el segundo país, tras Estados Unidos, en participación en ensayos.
Tal y como señala Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria, “la irrupción de la covid-19 ha colocado a la industria farmacéutica en el foco del interés social, y esta ha respondido con creces a esa expectativa. Pienso que todo el mundo tiene bastante claro que será este sector el que dé con el tratamiento o con las deseadas vacunas. De hecho, es posible que nunca se haya visto más claramente a nuestro sector como lo que es: solución“.
La industria farmacéutica asentada en España ha demostrado durante estos nueve meses de crisis sanitaria su capacidad de respuesta, así como su compromiso para evitar que a los pacientes les faltaran sus medicamentos en los momentos más críticos.
“Hemos hecho un gran trabajo asegurando que la producción en nuestras plantas no se detuviera”
“Hemos hecho un gran trabajo asegurando que la producción en nuestras plantas no se detuviera. Además, el protagonismo de España en los ensayos clínicos contra el coronavirus nos ha ayudado a acercar a la población el papel relevante de nuestro sector y el valor de la intensa colaboración entre las compañías farmacéuticas y el sistema sanitario en investigación de medicamentos”, explica López-Belmonte.
Este compromiso del sector se refleja también en la distribución de su inversión en I+D, la cual se destina a fases más complejas. Así, de los 1.211 millones de euros alcanzados el pasado año, cerca del 60% -714 millones de euros- se dedicaron a investigación clínica. De hecho, la inversión en I+D llevada a cabo por la industria farmacéutica en esta fase ha aumentado a un ritmo medio anual acumulativo del 4,8% en los últimos 10 años.
Especialmente relevante es que, de esos 714 millones invertidos en investigación clínica, un 36,5% ya corresponde a fases tempranas (I y II), las cuales han registrado incrementos medios acumulativos del 11,1% y 3,1% respectivamente en la última década. En total, son 260 millones de euros los que se destinan a estas fases más complejas de la investigación biomédica, cifra que supone el impulso definitivo para situar a España como una referencia internacional en este ámbito.
La crisis sanitaria vivida este 2020 ha demostrado la importancia de la investigación clínica. Esta permite a los profesionales sanitarios sumar la experiencia investigadora a su actividad asistencial y facilita a los pacientes un acceso temprano a los nuevos tratamientos, lo que en casos de patologías graves que no han respondido a las terapias ya aprobadas puede ser la última oportunidad de cura o control de la enfermedad.
En el plano económico, las compañías farmacéuticas se han convertido en dinamizadores fundamentales de la economía española, por sus niveles de producción, exportación y empleo. Más allá del esfuerzo en investigación, el sector registró en 2019 un máximo histórico en comercio exterior, superando los 12.100 millones de euros en exportaciones, cifra que representa un incremento del 13% respecto al año anterior. De hecho, el medicamento es el quinto producto más exportado del país y supone el 4,2% del total de exportaciones.
La industria farmacéutica emplea a 42.000 profesionales de forma directa, y a otros 170.000 indirectos e inducidos. Además, más del 94% corresponde a contratos indefinidos, más del 62% son titulados universitarios, más de la mitad son mujeres -el 64% en el área de investigación- y casi uno de cada tres nuevos puestos de trabajo lo ocupan personas menores de 29 años.