
El objetivo de cero emisiones netas es un compromiso global compartido por muchas industrias, incluidas la farmacéutica. Sin embargo, el camino hacia una verdadera sostenibilidad va más allá del simple cumplimiento de las normativas. En lugar de solo seguir las reglas, las empresas deben transformar sus prácticas operativas, mentales y estratégicas para asumir un rol activo como líderes en el ámbito ambiental.
La industria farmacéutica está en una encrucijada. Por un lado, tiene que ajustarse a las regulaciones de sostenibilidad, como las exigidas por el Pacto Verde Europeo, que busca la descarbonización y la sostenibilidad para 2050. Por otro, enfrenta el desafío de integrar objetivos ambientales en todas sus operaciones, desde el diseño de sus instalaciones hasta sus cadenas de suministro. El verdadero reto no está solo en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino en hacer de la sostenibilidad un elemento integral de la cultura empresarial.
La diferencia entre el cumplimiento y el liderazgo ambiental radica en la proactividad. Mientras que cumplir con las normativas es esencial, las empresas que realmente marcan la diferencia son aquellas que no solo adaptan sus prácticas para ajustarse a los estándares, sino que los superan. La clave es establecer metas alcanzables y medibles para reducir las emisiones de carbono, un objetivo respaldado por más de 10.000 empresas comprometidas con la iniciativa ‘Science-Based Tardets’.
En este sentido, empresas como GSK y AstraZeneca han dado un paso adelante al incorporar prácticas más sostenibles en sus cadenas de suministro, mientras que otras como Orkla, también han utilizado el calor residual de su producción para generar calefacción para la comunidad, reduciendo emisiones de carbono y contribuyendo a una economía circular.
A medida que las expectativas de las partes interesadas se centran en el impacto ambiental, el uso de nuevas tecnologías y enfoques innovadores en la eficiencia de los procesos se ha convertido en una ventaja competitiva. De hecho, algunas compañías ya optan por utilizar materiales reciclados y reutilizar el agua de sus plantas para reducir emisiones, unas decisiones que, combinadas de forma adecuada, pueden lograr resultados sorprendentes.
El uso de nuevas tecnologías y enfoques innovadores en la eficiencia de los procesos se ha convertido en una ventaja competitiva
Además, las certificaciones LEED y BREEAM son marcos comunes en la industria para evaluar la sostenibilidad de los edificios. Sin embargo, las empresas deben ir más allá de usarlas como una mera herramienta de marketing, y adoptarlas dentro de una estrategia ambiental más amplia que impulse reducciones significativas en las emisiones y el consumo de recursos.
La gestión del agua se presenta como uno de los retos más urgentes en la industria farmacéutica, donde este recurso es esencial para los procesos de producción. Con la escasez de agua y su disponibilidad impredecible en aumento, las empresas deben ser más inteligentes en su uso, adoptando enfoques como el tratamiento de aguas residuales para su reutilización.
En este sentido, existen estrategias para implementar soluciones innovadoras de gobernanza del agua. Desde la compañía NIRAS, consultora especializada en ingeniería, desarrollo y sostenibilidad, destacan las 4R: reducir, reutilizar, reciclar y repensar el consumo de agua. “Además, las empresas deben considerar crear un impacto neto positivo en los ecosistemas, contribuyendo más agua limpia al medio ambiente de la que extraen, una iniciativa que, de ser adoptada ampliamente, podría tener un gran impacto a nivel global”, apuntan.
Con todo ello, el camino hacia cero emisiones netas en la industria farmacéutica no es sencillo. Requiere no solo adaptarse a las normativas, sino también transformar las mentalidades y adoptar un enfoque más holístico para la sostenibilidad. Esto implica integrar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y aplicar estos principios en todas las facetas de la operación: desde el diseño de instalaciones sostenibles y salas blancas más eficientes, hasta la implementación de soluciones innovadoras de gestión del agua y la energía.
En este contexto, NIRAS destaca la importancia de crear instalaciones inteligentes que no solo cumplan con los estándares, sino que los superen, contribuyendo a un futuro más sostenible para el sector.
La industria farmacéutica se encuentra en un punto de inflexión en su camino hacia la sostenibilidad. Para que las empresas realmente marquen la diferencia, deben ir más allá del simple cumplimiento y asumir la responsabilidad ambiental como un compromiso estratégico. Establecer metas claras, adoptar tecnologías innovadoras y colaborar con socios expertos son pasos cruciales para convertirse en líderes en sostenibilidad. Al hacerlo, las empresas no solo contribuirán a los objetivos climáticos globales, sino que también establecerán una ventaja competitiva significativa en un mundo cada vez más enfocado en la sostenibilidad.