Un reciente estudio del Centro de Terapia Celular (CTC) revela proteínas y vías de señalización cruciales en la efectividad de las células CAR-T, lo que abre nuevas vías para el desarrollo de tratamientos contra el cáncer más específicos.
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Un estudio realizado por investigadores del Centro de Terapia Celular (CTC) ha identificado proteínas y vías de señalización clave que intervienen en la eficacia de la inmunoterapia basada en células CAR-T, linfocitos modificados en el laboratorio para combatir el cáncer.
La investigación, publicada en la revista Journal of Proteome Research, fue realizada por John Oluwafemi Teibo, estudiante de doctorado de la FMRP-USP y becario de la FAPESP, bajo la supervisión del profesor Vitor Faça.
“La terapia con células CAR-T es innovadora y ha logrado avances increíbles contra las enfermedades hematológicas. Hay muchos constructos de células CAR-T que están siendo aprobados para su uso clínico. Pero no entendemos completamente cómo funcionan estas células CAR-T en términos de mecanismos moleculares, ni las vías de señalización y los efectores moleculares involucrados. Y esa es la motivación de este estudio”, afirmó Teibo del Centro de Sangre de São Paulo.
“El uso de interferón gamma y IL2, como biomarcadores sustitutivos podría ayudar a superar algunos de los retos de la terapia con células CAR-T”
La investigación buscaba identificar efectores moleculares -moléculas (normalmente proteínas, pero también pueden ser otras moléculas) que desempeñan un papel crucial en la respuesta a estímulos y en la realización de procesos celulares específicos, como la respuesta inmunitaria o la transducción de señales- relacionados con la terapia con células CAR-T en bases de datos como PubMed y Scopus. La investigación dio como resultado la identificación de proteínas que podrían ser objetivos clave para mejorar la eficacia de la terapia.
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“Encontramos 14 proteínas, que se clasificaron en cuatro categorías. En primer lugar están las citoquinas, que incluyen el interferón, el CCL3, el interferón gamma y muchas otras. También tenemos quinasas, como LCK, ITK, JAK2, así como B-Raf, y receptores, como CD80, CD20, que participan en la activación de la terapia. Por último, están las proteasas y los mensajeros químicos, como la granzima B y el TNF-?”, explicó el doctorando.
El uso de la proteómica, el análisis del conjunto de proteínas en una muestra, permitirá comprender mejor los cambios en estas moléculas, allanando el camino para nuevos avances en el tratamiento. “Por ejemplo, tenemos el interferón gamma y también la IL2, que pueden utilizarse como biomarcadores sustitutivos. Esto podría ayudar a superar algunos de los retos de la terapia con células CAR-T”, afirma Teibo.
Además, los recientes avances en espectrometría de masas han permitido analizar la abundancia, la localización celular, la síntesis/degradación y las modificaciones postraduccionales de las proteínas. Esto permite una comprensión más detallada e integrada de los procesos fisiológicos y celulares, lo cual es esencial para mejorar la terapia.